Impulso artesanal

México artesanal, México unido.

Nuestro país lo tiene todo: comida, cultura y calidez en su gente. Por ello, los extranjeros que lo visitan quedan fascinados y con ganas de no quererse ir, pues, la personalidad de los mexicanos está arraigada a las costumbres y tradiciones de la cultura. Somos la cultura de la fiesta, de la familia, de la ocurrencia, de los amigos, del maíz y del chile.

Todo esto me recuerda a un lugar que practica dicha cultura, es uno de los restaurantes Puebla que tiene como intención el impulso de sus paisanos. Este lugar es un elogio a la gastronomía mexicana. La decoración, los ingredientes, los platillos, el personal, todo fue tomado en cuenta para hacer esto posible; el amor y la pasión por su país, sus raíces y su gente es lo que los mueve.

Todos y cada uno de las personas que ahí trabajan se vuelven cómplices de México y ponen en alto su comida y su nombre. Comenzando por el propietario, quien se interesó en establecer un lugar muy de México, muy de Puebla. También el principal de la cocina, quien se encarga de proponer y crear los platillos que serán embajadores culinarios y qué decir de todos aquellos que eligen con sutileza los ingredientes para los platillos y que, con gran dedicación, los preparan. Los responsables de servir con ánimo a los que llegan a comer ahí también son cómplices de ésta deliciosa vivencia. Todo esto deja un buen sabor de boca y, aún más importante, nos deja su filosofía.

restaurantes puebla

Cierto día me encontré ahí, sentada en espera de mi platillo favorito, el mole rosa. Mi atención se desvió por unos minutos hacia una escena, era un artesano que llevaba en sus manos una canasta llena de un montón de figurillas de cerámica de Talavera. Se veía muy cansado, quizá de cargar la canasta. Se sentó en el filo de la ventana que daba a la calle para tomar aire. Vi como aquel amable hombre que paso a mi mesa a darme la bienvenida, salió y se sentó junto al señor de la canasta. Cruzaron unas cuantas palabras y luego entraron al restaurante. El señor se sentó y mientras un mesero le ofrecía un vaso con agua, sus artesanías eran puestas en un área visible del restaurante para su venta. Al ver esta muestra de apoyo hacia aquel artesano, mi comida supo aún más rica.

En otra ocasión fui a desayunar pues tenía antojo de los sabrosos chilaquiles con cecina que preparan ahí y cuál fue mi sorpresa, la canasta de figurillas de cerámica estaba casi a la mitad y no nada más me encontré con eso, ahora había nuevos productos. Por un lado, unas mermeladas caseras envasadas y, por otro, unos dulces típicos empaquetados en charolitas.

Me gusta pensar que hay restaurantes Puebla que son empáticos con el trabajo de los demás. Entonces, me permití acercarme a aquel amable hombre que siempre pasa a la mesa a dar la bienvenida y a preguntar sobre tu experiencia con el platillo. ¡Felicidades! Fue mi primer palabra. La verdad es que dar apoyo para impulsar las ventas de aquellos que trabajan con esfuerzo sus productos, es una excelente iniciativa. Siguiendo la plática con él, me enteré que los suculentos platillos que he probado cuando he estado ahí son elaborados con productos locales y nacionales.

Una historia que me contaba era la de como preparan los Chiles en Nogada y como cada uno de los ingredientes usados son comprados a agricultores de la región. Los chiles poblanos que muchos creemos que provienen de México, en realidad, son comercializados de China y vendidos en supermercados y algunos mercados, muchas personas y restaurantes los compran por su gran tamaño sin saber que el original chile poblano es de menor tamaño. Esto afecta mucho a las personas que viven del cultivo de frutas y verduras, como la familia García que vive de la producción de chiles poblanos y a quienes el restaurante les compra cierta cantidad para los meses de julio, agosto y septiembre. Temporada en la que muchos extranjeros y personas locales consumen este tradicional platillo. Esta comida es tan demandada que el año pasado se realizó aproximadamente la preparación de dos millones de Chiles en Nogada, esto se traduce en ingresos para nuestro estado, pero también para nuestra gente.

Ahora que lo pienso, solemos pensar que los platillos son los mismos en todos los restaurantes Puebla y que quizá varíe un poco el sabor, pero que las recetas son muy parecidas y ahora puedo asegurar que estamos en un error. El rescate de insumos es lo que hace diferente a una cocina de otra, eso es lo que hace diferente al Anafre Rojo de otro restaurante; la devoción con la que idean cada platillo y la disposición con la que consiguen los ingredientes locales es digno de contar y de aplaudir.

Hay tanto que aprender de lugares así, que no solo se preocupan por poner la gastronomía de México en alto por su excelente preparación y sazón, sino por dignificar a su gente con el impulso de sus productos elaborados artesanalmente. Se necesita de más personas que piensen y actúen así, de más negocios que compren insumos locales y no extranjeros, que apoyen a nuestra gente, que le hagan honor a la cultura amigable y cálida de la que todos hablan cuando visitan nuestro país. Queremos que todos puedan ver que somos mexicanos de corazón.