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México creativo, México mágico.

Nuestro México se ha caracterizado por ser un lugar de oficios, somos personas de habilidad manual, nos encanta usar las manos, por eso somos uno de los países más artesanales en el mundo.

Ahora queremos hablar de oficios gastronómicos y de aquellas manos mágicas que los ejecutan con pasión.

Marcelo es un vendedor de merengues rosas y blancos y como cada día sale con sus productos por el Centro Histórico, yo lo vi por primera vez en aquella esquina de la 4 norte donde se encuentra uno de los más ricos lugares para desayunar en Puebla.

Él cuenta que esta dulce tradición proviene de recetas que se fueron transmitiendo entre las familias de México, que se levantaban muy temprano cada día para elaborar con entusiasmo estos dulces típicos que eran su sustento. Para hacer los ricos merengues utiliza ingredientes locales como claras de huevo, azúcar de caña, piloncillo y algunas veces le agrega pulque.

Otro delicioso oficio es el del inconfundible sonido del carrito de lámina, en el puedes encontrar los tradicionales camotes y plátanos asados servidos con lechera, azúcar y canela. Antonio es camotero y desde hace 30 años recorre cada tarde las calles donde ya lo conocen y acuden a su singular llamado.

María es de Teziutlán, pero lleva ya varios años en la capital poblana, ella es digna representante del oficio del maíz. Su labor empieza desde las ocho de la mañana cuando llega a su trabajo en uno de los más suculentos lugares para desayunar en Puebla.

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Ahí ella mezcla todos y cada uno de los ingredientes, teniendo como base la masa de maíz con la que hace diferentes preparaciones como: tortillas de mano, memelas rellenas de frijol, picaditas, sopes, quesadillas de varios sabores, entre otros. Verla trabajar la masa es agradable pues en sus manos puedes mirar la experiencia, la pasión y la entrega con la que trabaja para que sus comidas sean gratas para quienes las prueban.

También se debe mencionar como un oficio muy mexicano a ese personaje que cada mañana pasa por las colonias con un altavoz diciendo: Tamales, tamales… en un tradicional triciclo amarillo y con una enorme vaporera humeante Don Genaro ha vivido de los tamales durante 35 años, un oficio que heredó de su familia.

Podemos ver como en nuestro país y en nuestro estado existen muchos oficios gastronómicos, con el paso de los años unos se han ido rezagando y otros aún se mantienen. Hoy en día es importante preservar nuestras costumbres y oficios pues no podríamos imaginarnos sin toda la rica comida que tenemos. Si buscas un lugar donde puedas comer muchos de los alimentos de los oficios mexicanos, ve al Anafre Rojo, su esencia se basa en el rescate cultural gastronómico. Así que ahí comerás delicioso y además es uno de los mejores lugares para desayunar en Puebla.

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