Comienza el día

México jovial, México familiar.

Un huevo estrellado sobre chilaquiles verdes y frijoles refritos a un lado del plato y una quesadilla de maíz azul, un pan de agua con azúcar rosa, al que le llaman colorado, una taza de delicioso café de olla y un jugo de naranja. Así es como me esperaban en la mesa al despertar en aquella casa. Ellos eran dos personas especiales que vivían en una zona de la Puebla antigua. Amaba quedarme con ellos cuando me lo pedían, es más ni siquiera lo dudaba y siempre respondía con un eufórico: ¡sí!

Aurora y Pedro son unas de las personas más cálidas que he tratado, han sido amigos de mis padres desde hace 27 años, por lo que yo los considero parte de mi familia, de hecho, les llamo tíos. Ella es una excelente cocinera y el tío Pedro la ayuda mucho, es un amante de la comida regional, siempre atento en conseguir los más frescos ingredientes para cada platillo. Todo lo que preparan les queda delicioso, es un verdadero placer para mí comer con ellos.

Vivir sola mientras estudias tiene sus ventajas, pero también sus desventajas y una de ellas, sin dudarlo, es la compañía, estar en una gran ciudad y no tener a tu familia cerca de pronto es complicado, sobre todo, cuando necesitas un cálido apapacho de cada uno de ellos…

lugares para desayunar en Puebla

Hace dos años llegue a la capital para estudiar nutrición, al principio no me “hallaba” pues no se compara para nada vivir en un pequeño municipio que en una ciudad. Éstas han sido algunas de mis experiencias y consejos para quienes tienen pensado radicar por aquí: tienes que levantarte un poco más temprano para poder llegar a tiempo a la universidad, pues las distancias son más largas, pero la recompensa es una hermosa vista de unos colosales volcanes.

El tráfico a veces es lento y pesado, pero el transporte público va siempre rápido, ahí se compensa el asunto. Conocer bien algunos lugares para desayunar en Puebla, es una ventaja, pues será un aliado al empezar tu día. No te preocuparás por encontrar cosas para alguna tarea o proyecto, cosas personales o alimentos, ya que aquí hay demasiada variedad. No hay tiempo para aburrirte, pues es una vida ajetreada, siempre hay algo que hacer. Es una ciudad con un buen número de foráneos, gracias a su importante población estudiantil, así que no es raro encontrarse con personas de todas partes de la República Mexicana y del mundo.

Si te gustan los contrastes como lo histórico y lo moderno, vivir aquí te encantará.

Decidir estudiar en esta ciudad fue algo bueno, es un lugar sin igual. Me gusta porque se parece a mi pueblo por su rica comida, aunque son diferentes platillos, los de aquí no se quedan atrás…cemitas, tacos árabes, chalupas, molotes, mole… Sin duda, la cocina poblana está para chuparse los dedos. Y qué decir del alimento fundamental del día: el desayuno, que se toma muy en serio y cómo no hacerlo, sí, al final de cuentas, aunque vivamos en diferentes regiones todos somos mexicanos. Nuestro país tiene una costumbre muy interesante: desayunar fuerte para arrancar el día.

Pero, ¿a qué nos referimos con fuerte? Nuestros desayunos suelen ser abundantes, por ejemplo: empezamos con un rico pan de dulce con café para despertar bien, después un plato de fruta para abrir apetito y para terminar un plato principal con chilaquiles y frijolitos o unas enfrijoladas con crema y queso o unos huevitos divorciados con tocino, todo esto acompañado con el tradicional jugo de naranja o de alguna otra fruta de temporada. Suena delicioso, ¿no? Pues en realidad lo es, los mexicanos amamos desayunar rico para empezar nuestro día, así es como conseguimos una mayor productividad en nuestras labores y qué decir de nuestro humor, sin duda, mejora cuando arrancamos con el pie derecho, con un desayuno adecuado. Bien dicen por ahí: barriga llena, corazón contento.

Si no sabes de algunos lugares para desayunar en Puebla, puedes encontrar a aquellos vendedores ambulantes de comida como los tamaleros, que desde las siete de la mañana se encuentran por diferentes calles de la ciudad anunciando su llegada, con tamales y atole que calienta el corazón. También puedes ver a los jugueros, con los clásicos jugos, de naranja o combinados, que dan energía al cuerpo. Y las memeleras que tienen uno de los alimentos típicos, una tortilla de maíz con frijol y salsa que llenará tu pancita. Esta es la cultura de nuestro país, comer bien y delicioso, es parte de nosotros.

México enamora desde su cultura hasta su comida, son las palabras del tío Pedro cuando se encuentra comiendo un platillo regional y, ¡cuánta razón tiene! Un fin de semana me llevaron a desayunar al Anafre Rojo, un restaurante en el centro de la ciudad; a ellos les encanta ir ahí, pues recuerdo que siempre lo mencionaban y, al fin, se me iba a hacer conocerlo. Al llegar, la tía Aurora me dijo: hija, si hay algunos lugares para desayunar en Puebla, que pueda recomendar es este, sus platillos son exquisitos y, lo mejor, es que son preparados con ingredientes frescos de la región.

Ahora sé porque era de su agrado, yo también quedé fascinada con el desayuno de esa mañana, esos chilaquiles de la abuela que me comí fueron como un apapacho al corazón, pues me recordaron tanto a los que preparaba mi mamá.